Empecemos por el principio. Para saber cómo convertirse en locutor de radio hay que remontarse a los orígenes de esta bonita profesión.
Definición de un Locutor/locutora de radio y su evolución: Según la RAE, un “locutor / locutora” es la persona que tiene por oficio hablar por radio o televisión para dar noticias, presentar programas, etc.
Hoy en día, esta definición se ha quedado corta debido a los avances de la tecnología. Ahora, los locutores pueden transmitir cualquier tipo de información no sólo a través de la radio o la televisión, sino a través de las redes sociales.
Cualquiera que tenga acceso a internet puede ejercer de locutor y contar lo que quiera. De hecho, ahora existen muchas personas que tienen canal de YouTube -los famosos youtubers- en donde cuentan experiencias propias o ajenas que arrastran a miles de fans, incluso a millones en ciertos casos.
La imagen es poderosa, y los vídeos conmueven a la audiencia de forma imbatible. Pero la radio es un medio que prevalece por méritos propios. Ha sobrevivido a la era de la televisión, y está sobreviviendo también a la era digital en donde casi cualquier persona con acceso a internet puede convertirse en transmisor.
Los locutores de radio se han aliado con las nuevas tecnologías para multiplicar su difusión. Ahora existe la opción de escuchar programas en directo, como siempre se hizo, pero hay también la opción de escucharlos “bajo demanda” a través de podcast.
¿Que es un Podcast?
El podcast es un archivo multimedia, en este caso, de audio que, mediante un sistema de redifusión (RSS), permite que un usuario se pueda suscribir y descargar en cualquier momento ese archivo de audio.
Esto ha jugado a favor de la radio, ya que las audiencias que escuchan podcast de programas que no pueden escuchar en directo han aumentado considerablemente. Podemos escuchar podcast mientras vamos en el coche o hacemos deporte, y escoger cualquiera de los programas que nos interesa. Además, lo podemos escuchar todas las veces que nos apetezca: esto es la novedad.
Dónde estudiar para llegar a ser un locutor – locutora
Quien quiera dirigir sus pasos a convertirse en locutora o locutor de radio comprobará que en España no existe hasta el momento una carrera específica. Se puede estudiar a nivel universitario la carrera de Periodismo o la de Comunicación Audiovisual, en donde se estudian en general los puntos que hay que trabajar para llegar a ser un locutor o locutora profesional, entre otras cosas.
También existe la posibilidad de hacer cursos o módulos especializados donde estudiar Locución de Radio.
La experiencia nos dice que no hace falta estudiar carreras afines a este medio para llegar a ser un buen locutor de radio -muchos de los que hoy están en activo proceden de otras carreras-. Lo que sí hace falta son ganas, ilusión, cultura y mucha práctica.
Casi todos los grandes de la radio coinciden en sus comienzos en este medio. Empezaron muy jóvenes estando a la sombra de los buenos locutores de radio del momento, y terminaron enganchados a las ondas hasta llegar a ser profesionales de la radiodifusión.
Cualidades de un locutor/locutora de radio
Un locutor o locutora de radio debe tener una capacidad de comunicación por encima de la media. Esto es evidente. Hay personas que tienen esta capacidad de manera natural, pero hay otras muchas que deben trabajarla. Y se puede. Hay técnicas de oratoria, de cómo hablar en público, incluso hay locutores que recurren a clases de teatro para mejorar su improvisación.
Al hilo de lo anterior, también es vital que tenga un buen uso del lenguaje. No es aceptable que un locutor o locutora cometa errores gramaticales o de dicción, por ejemplo. La buena locución es fundamental.
El tema del timbre de la voz no es determinante, sin embargo. Es cierto que, tradicionalmente, los locutores siempre han tenido una buena voz, redonda, rotunda y “bien colocada”, como se suele decir en el sector de la locución. Es más agradable escuchar una bonita voz, con un timbre dulce o tranquilizador, que una voz rota o desagradable.
Hay muchas honrosas excepciones, como la de Gemma Nierga o Andrés Aberasturi, que su gran capacidad comunicadora y su personalidad genuina están por encima de su calidad vocal y es un auténtico placer escucharles.
De hecho, la tendencia es esta. Contratar a locutores con una voz natural y propia. Últimamente el tema de la naturalidad ha inundado las ondas y ahora se buscan locutores que suenen más cercanos y naturales, ya no se buscan voces perfectas o locutores con técnica vocal muy cuidada.
Tenemos, por ejemplo en la actualidad, al Ciudadano García en Radio Nacional, que es una oda a la naturalidad y que suena tan cercano como si estuviera en una tertulia de unos amigos. No hay vocalización excesiva ni engolamiento al hablar.
Se pretende dejar a un lado el rol del locutor o locutora todopoderosos que pontificaban y a los que la audiencia escuchaba con idolatría para dejar paso al amigo cercano que informa, aconseja u opina, desde un plano de igualdad.
Un locutor o locutora de radio tiene que saber improvisar aun cuando tenga un guion delante. Los mejores locutores son rápidos a la hora de hacer preguntas, ocurrentes a la hora de responder, saben dirigir a sus entrevistados hacia donde quieren y tienen la capacidad de hablar de otra cosa si no pueden seguir el guion previsto.
Otro factor importante es, como en cualquier profesión, la especialización. Hay muchos locutores jóvenes que dentro de una cadena de radio comienzan a colaborar en diferentes programas. Esto es muy enriquecedor para ir conociendo qué género de programa es el que más les encaja y les permitirá desarrollar mejor sus cualidades.
Hay algunos que tienen muy claro que su vocación es la de ser locutor de un programa deportivo, y resulta que donde mejor funcionan es en informativos. Hay que experimentar y probarse en cada faceta radiofónica. Nos puede llegar a sorprender.
Cómo ser locutor o locutora profesional
Al haber pocas cadenas de radio a nivel nacional, no es sencillo llegar a trabajar como locutora o locutor profesional. Pero no es imposible. Hay que ser perseverante e intentar entrar en alguna de ellas para hacer prácticas.
En verano suele haber más oportunidades de cubrir vacantes y es el momento de demostrar lo que vales al tiempo que aprendes trabajando.
Una manera de empezar también es haciendo algún programa de continuidad en una emisora de radio local cercana a tu localidad. Aquí, por lo general, no suelen pagar mucho o quizá no paguen nada, pero a cambio se gana en tener mucha libertad para experimentar y aprender técnicas de locución en radio sin la presión de un programa para una cadena nacional.
Como ejemplo, yo misma no procedía de Periodismo ni de Comunicación Audiovisual. Después de terminar Historia del Arte, hice un curso de Guion de Radio, Publicidad, Cine y Televisión y me ofrecieron unas prácticas en una radio que empezaba ese mismo año y que pertenecía al Grupo Zeta.
Una vez allí, vi por primera vez cómo funcionaba una radio por dentro. Cómo trabajan los guionistas, cómo se hacen las llamadas para invitar a los entrevistados, cómo es la comunicación entre la pecera o control y la sala o locutorio… Y todos estos entresijos junto a la adrenalina del directo, y poder hablar delante de un micrófono de temas que has preparado y te interesan… es muy adictivo. Y ahí me propuse ser locutora de radio, y aprender desde dentro lo máximo posible.
Era becaria, primero sin cobrar, y meses después me adjudicaron un pequeño sueldo, pero absorbí con entusiasmo todo lo que pude y trabajé de sol a sol en la emisora para paliar mi falta de preparación como periodista.
Locutora / locutor de radio. Funciones
Los locutores de radio hacen varias labores dentro de la programación de una emisora o cadena. Sobre todo, cuando empiezan. Y es lo normal, ya que de esta forma va aprendiendo todo lo que se hace en una redacción.
Lo mejor es que siga narrando mi experiencia, porque las doce horas diarias que “eché” en la redacción no cayeron en saco roto y pasé por todas las fases de la cadena de producción.
Empecé a trabajar en un programa matinal diario presentado por Teresa Viejo, “Hoy Teresa”. Primero hice las funciones más “antipáticas” -que nadie suele querer hacer- como llamar por teléfono: hay que hacer cientos de llamadas a lo largo del día. Para contactar con el invitado especial que suele haber todos los días. Para contactar con personalidades de la actualidad que han dicho o hecho algo importante; o para poner en contacto a los oyentes con el programa en directo. Nada hay comparable a la adrenalina de pinchar una llamada de actualidad en directo, que puede ser la gran exclusiva o un estrepitoso fracaso.
También redactaba ciertas secciones del programa. Tuve suerte porque me encomendaron un apartado que nadie quería porque llevaba mucho trabajo, pero que yo gocé hasta el infinito: era la encargada de leer los libros que acababan de salir a la venta en las grandes editoriales. Devoré todos los libros que me enviaron y los resumía para extractar una serie de preguntas que Teresa Viejo trasladaba al autor. Era mi pequeño momento de gloria.
Por otro lado, también había que salir a hacer de reportera. Todos los días había que salir a la calle a preguntar a la gente sobre diversos temas de los que hablábamos en la radio. Ahí también había que dar el callo, y hacer la calle, que no es nada fácil.
Poco a poco, a todos los becarios nos iban dejando entrar al locutorio para hablar de ciertos temas ligeros que incumbían a los jóvenes. Hacíamos debates entre nosotros, hablábamos de temas del corazón o de noticias curiosas. Siempre era bien recibido escuchar a gente joven y con mucha naturalidad.
Me tocó hacer micro espacios de publicidad en radio entrevistando a especialistas en productos farmacéuticos o dermatológicos, y aquí llevaba yo todo el peso de la entrevista, con lo cual aprendí mucho en esta faceta.
Tipos de locutor o locutora de radio
Dentro de una radio, existen muchos tipos de programas, y en cada uno, encaja un tipo de locutor. Estos son algunos de ellos:
– Programa magazine: donde se tratan muchos temas variopintos, sobre todo centrados en la actualidad del momento. Suele haber debates políticos, talleres de salud, secciones de entretenimiento… Es un tipo de programa que funciona muy bien desde hace mucho tiempo.
– Programa deportivo: hoy en día, los programas deportivos hablan de fútbol en un 95% de los casos. Pero también hay programas de radio solo de ciclismo o baloncesto cuando hay competiciones importantes de este deporte.
– Programa informativo: donde se analizan las noticias actuales con más profundidad y con analistas políticos.
– Programa musical: suelen estar en el marco de las emisoras de radio fórmula, donde se dedican a un mismo tema. En este caso, un locutor da paso a temas musicales con una presentación más o menos extensa.
– Programa especializado: puede haber programas de todo tipo, dependiendo de la especialidad del locutor. Los que suelen tener mayor éxito son los de música, viajes, misterio, salud, naturaleza, etc.
El paso de locutora de radio a locutora freelance
En mi caso, y después de haber pasado por dos emisoras de radio y haber disfrutado a tope de este mundo fascinante, me di cuenta de que mi verdadera vocación era la de transmitir a través de la voz diferentes mensajes. Ya fuera publicidad, cuentos, noticias…
Me costó centrarme, pero empecé a atisbar la luz por este lado. Improvisar no se me daba bien, pero sin embargo, leer un texto o interpretar un guion, era mágico para mí.
Siempre me había apasionado el doblaje, y esto me empujó a realizar dos cursos anuales muy completos, y con dos grandes actores del doblaje: Luna Acaso y Javier Dotú. Aquí descubrí que esta afición se me daba muy bien y que me encantaba.
Lo que pasó es que no perseveré en solicitar pruebas o castings, y después de un par de pruebas en las que me rechazaron, pensé que esto no era lo mío y que no merecía la pena luchar tanto por un trabajo. Así es que me dediqué a otras cosas que nada tenían que ver con este mundo.
De todos modos, nunca me desvinculé del todo, porque seguía teniendo amigos que trabajaban en radio y en empresas de publicidad que me pedían de vez en cuando mi voz para doblar algún personaje de un videojuego o para leer algún guion publicitario. Este trabajo extra no lo consideré potencialmente importante hasta muchos años después.
Después de dar varios tumbos en el sector de la formación, administración, secretaría e incluso circo -sí, estuve de acomodadora en el Circo Price…- todo se puso muy difícil y me quedé sin trabajo.
En el 2012 retomé mi afición de ponerme delante del micro, ya que no me quedaba otra. Recuerdo que fue mi hermana quien me dijo que en una de las plataformas online de freelances en las que ella se movía, pedían una locutora que grabase un e-learning larguísimo. En este momento empezó mi andadura en el mundo de los locutores freelance.
Esa plataforma, que se llama Freelancer.com funciona como una subasta. Cada candidato debía postularse a ese trabajo y ofrecer un precio. Por aquel entonces, yo grababa siempre con un amigo mío de la radio, que controlaba mucho de edición de sonido, así es que yo ponía la voz y él la técnica. Así es que cuando me ofrecí para ese trabajo tuve que presupuestar el doble porque éramos dos.
Ese proyecto no salió (aunque curiosamente, años más tarde lo terminé haciendo yo). Pero fue el que destapó la caja de Pandora. El que me hizo reflexionar y me cambió el chip del todo. En esta plataforma había más trabajos de este tipo; de esta web salté a otras que también solicitaban voces, y empecé a ver la luz. Se abría un nicho de mercado con el que no había contado nunca.
A través de las redes se multiplicaban las formas de encontrar trabajo de locución online. Había mucho trabajo que llegaba también de otros países: necesitaban una voz en español para locutar un e-learning, un curso de español, un anuncio de un producto, etc.
Y una vez que se abre la brecha, ya no hay quien te pare. Empecé a tener clientes fijos, a encontrar más fórmulas de buscar este tipo de proyectos, y a entender que ahora mi trabajo no era como el de siempre. Ahora no cobraba un sueldo al mes después de fichar una serie de horas en una oficina, sino que cobraba por proyectos. Hay meses muy buenos y otros muy malos. Es una carrera de fondo, en donde hay que lidiar con altibajos y el cómputo hay que hacerlo anual. No sabes lo que vas a ganar al mes nunca. Pero a cambio, no tienes horarios ni jefes. Es una libertad maravillosa.
Y ahí seguimos, mejorando, formándonos e innovando. Porque un locutor online no puede quedarse estancado, tiene que seguir reinventándose cada día.
Espero terminar como empecé cuando era muy pequeña: leyendo en voz alta y grabando historias propias y ajenas.